Quizá no hayamos escuchado prácticamente nada de las mujeres jamaiquinas, la mayor parte de la gente tiene un concepto errado de ellas. Aquí te diremos de verdad como son las mujeres jamaiquinas. Si bien no son muy extrovertidas, como lo llegan a ser las mujeres uruguayas o las argentinas, tienen la sazón latina y son increíblemente coquetas. Siempre buscan arreglarse para destacar y llamar la atención de los chicos, e inclusive de las propias chicas.
La evolución de las mujeres jamaiquinas en la sociedad
Desde los albores del siglo XXI, las mujeres jamaiquinas se han hecho notar muchísimo en su país. Se dice que la reducción progresiva en el número de hijos por familia, ha ido permitiendo que en la actualidad la mujer tenga más tiempo. Antiguamente cuando socialmente lo normal era tener 5 hijos, a las chicas se les presionaba para que los mantuvieran. Es por ello que no tenían tiempo para estudiar o trabajar, ni siquiera tenían tiempo para sí mismas. Ahora que los tiempos han cambiado de forma radical en el país se ha elevado mucho el número de estudiantes mujeres y el salario de ellas.
Pero todo este factor de progresión social no hubiese sido posible si ellas no luchaban por sus derechos. Esto nos da a entender que son regias luchadoras que están en constante debate para mantener sus derechos. Todo este proceso no habría sido posible sin la existencia de mujeres que marcan la diferencia y alzan la voz de forma pública. Algunas de estas importantes chicas son:
- Rose Hudson-Wilkin
- Mary Jane Seacole
- Khadija Shaw
- Grace Jones
- Chabuca Granda
Aunque no todas ellas han luchado específicamente por el empoderamiento femenino, han puesto su granito de arena en esta tarea. Quizá no son tan firmes como las mujeres paraguayas, pero no se han cansado de luchar por su bienestar y el buen trato social.
Hermosura de las mujeres jamaiquinas
¿Cómo es la personalidad de las mujeres jamaiquinas?
Si le preguntamos a todas las mujeres jamaiquinas, lo más probable es que el primer adjetivo que usen para describirse sea “trabajadoras”. Sin duda son muy entregados al trabajo por el bien de fu familia y para cumplir sus objetivos.
Son realmente planificadoras, les gusta tener todas sus metas ordenadas y tener control sobre ellas y su progreso. Tanto así que ellas mismas aman gestionar el hogar, aunque por su cultura no tienden a ser la cabeza del mismo. En general es el hombre el que lleva la batuta y ellas en su mayoría están acostumbradas a ceder. Constantemente están pensando en ahorrar y mantener la economía lo mejor posible, nuevamente planificando un futuro mejor.
Desempeñan su labor de madre excelentemente, velando constantemente por la salud de sus hijos y de su pareja. Inclusive, no solo por la salud física sino también por la salud entre sus relaciones, preocupándose por su matrimonio y sus lazos maternales. Ellas tienden a vivir en familia con su pareja, es una de sus metas desde niñas por la educación que reciben. Son increíblemente emprendedoras y estudiosas, con el tiempo desarrollan cierta inteligencia económica.
Ellas mismas se definen como chicas honestas que intentar ser lo más transparentes posible para mantener una relación buena con su pareja. Dicen que son solidarias, muy empáticas que se colocan constantemente en los zapatos del prójimo. Son muy creativas, no les gusta la monotonía y hacen de todo para evitarla o mantenerla alejada. Son ordenadas y muy orgullosas, aunque su autoestima no sea la más elevada, son empoderadas y no dejan que nadie ni las haga sentir menos. Son mujeres muy coquetas, la gran mayoría se arregla para destacar y atraer miradas, les encantan los halagos.
Rasgos físicos de las mujeres jamaiquinas
Si piensas que las jamaiquinas no destacan por su físico estás muy equivocado. Si bien es muy cierto que aquí predomina la población morena, es verdad también que ese color de piel las hace hermosas. El color oscuro contrasta perfectamente con sus rasgos rotundos pero suaves, sus ojos rasgados de intrigante belleza y atractivo emanado de su mirada. No solo de allí, pues también destacan sus curvas y su piel, que deslumbran. En general son de tamaño medio-alto, con cuerpos esbeltos y definidos, gracias principalmente al cuidado propio que se dan.
Sus cuerpos no destacan por senos o glúteos voluminosos, pero todo eso es compensado con su mirada profunda y físico delineados. Cuando las vemos notamos de inmediato que la belleza no viene delimitada por ojos y cabellos claros, que estos rasgos no definen la hermosura.
Rasgos de las mujeres jamaiquinas
¿Cómo conquistar a las mujeres jamaiquinas?
La seducción es un juego y para ganarlo con las chicas jamaiquinas debes innovar, es fundamental evitar caer en estereotipos. Tienes que tomar una posición proactiva y tomarlo todo con calma y siempre con autoestima elevada. Algunos chicos se dan por vencido antes siquiera de hablar con ellas, y eso debes evitarlo a toda costa. Ella podría estar interesada pero nunca va a dar el primer paso, eso te toca a ti.
Los jamaiquinos por lo general ligan de una forma aburrida y agobiante, se hacen ver “sufrientes y suplicantes”. Este es un estereotipo de interacción que tiene cansadas a las jamaiquinas, ellas prefieren los hombres juguetones, tiernos y comprensivos a ese papel humillante. Otra forma de coqueteo que repugnan es la del “macho toxico”, es decir alguien demasiado aferrado al estigma social de masculinidad.
Además de todo esto buscan a alguien inteligente y dinámico, alguien que pueda tener un prospero futuro con ellas. Les llaman particularmente la atención los extranjeros como venezolanos, argentinos, colombianos, norteamericanos y europeos. Aunque si no perteneces a estos países no te preocupes que aun tengas oportunidad.
Aunque no me complace decirlo, como en cualquier parte del mundo el factor económico también influye en gran medida. Para cualquier decisión a tomar o comentario a hacer, hay que recordar que estas chicas buscan estabilidad.
En general, debes tener paciencia, demostrar ternura, ser innovador, hacerla reír todo lo que puedas, ser planificador y a veces arriesgado. Todos estos detalles harán que ellas caigan a tus pies.
